En Junio de 2004 un amigo de la Universidad me pidió que lo supliera por 3 semanas, al concluir el semestre él se cambio de residencia y me ofrecieron sus horas de clase. Nunca voy a olvidar mi primer, me temblaban las manos, el grupo era de 52 alumnos, faltaban sillas, había mucho bullicio, etc., por lo que al entrar al aula me presenté y los organicé rápidamente, trataba de mantenerlos ocupados para no perder el control del grupo. Al salir un maestro me vio y me ofreció su apoyo, me mostró cómo organizar las sesiones, me dio el programa de estudios y me dijo que todo se resolvería, sólo necesitaba planificar mis sesiones.
Las asignaturas que me ofrecieron tenían mucho que ver con mi profesión, gran parte de la bibliografía la tenía en mi casa, por lo que clasifiqué la información, tomé de mi taller algunos materiales y regresé al día siguiente con más ánimo. Los objetivos alcanzados en cada uno de los temas tenían mucho significado para mí, enriquecía los temas con experiencias propias para contextualizar, la docencia era muy gratificante, los jóvenes trabajaban mucho, nutrían las actividades con su energía y creatividad, por lo que no dudé ni un momento quedarme en el plantel ejerciendo docencia.
Ser profesor ocupa gran parte de mi vida, cuando realizo algún trabajo ajeno a la escuela siempre estoy pensando en cómo se los voy a presentar a mis alumnos, estoy atenta a las necesidades del mercado e intento que aprendan cosas nuevas, adquieran habilidades y aptitudes necesarias para iniciar con éxito su vida profesional.
He crecido mucho como persona, al principio era muy rígida y no les daba oportunidad de equivocarse, me desesperaba cuando faltaba material, los días inhábiles, las interrupciones, etc. Ahora disfruto tiempo de calidad con mis alumnos, les doy oportunidad de que descubran y construyan su conocimiento, siempre estoy dispuesta a escucharlos y aceptar sus sugerencias.
Mis alumnos son mi orgullo y fuente de inspiración, muchos de ellos están inmersos en problemas sociales y familiares que afectan visiblemente su rendimiento escolar, pero están llenos de sueños e ilusiones que los impulsan a salir adelante para mejorar su vida y la de sus seres queridos.
Me entristece saber que debido a los problemas económicos que vivimos muchos de ellos no podrán continuar sus estudios y tendrán que esperar para obtener las oportunidades de trabajo que se merecen, al egresar tendrán que competir con técnicos universitarios y pasantes de ingeniería; por eso como docentes debemos esforzarnos más, prepararnos y ofrecerles una educación de calidad.
Ser docente en Educación Media Superior me ha permitido conocer más de cerca la problemática de mi comunidad, emprender nuevos retos, fortalecer mi práctica profesional, aprender nuevas formas de comunicarme con los demás y contribuir en el desarrollo del futuro de nuestro país.
excelente trabajo, compañera Wendy. creo que la gran mayoria de quienes no fuimos formados como docentes, iniciamos con experiencias similares a la tuya. Afortunadamente, contamos con procesos de formación docente y paulatinamente vamos cambiando nuestra práctica educativa, con fundamentos sólidos y con mayores conocimientos sobre el desarrollo integral de los jóvenes.
ResponderEliminarHOLA WENDY
ResponderEliminarComo lo menciona el buen compañero Victor, la mayoría iniciamos del mismo modo la confrontación con la docencia es por ello la delicadeza y de ser docente el orgullo y el desempeño profesional.
Es muy grato tu blog te felicito y muy buena redacción de tu parte felicidades.
Del mismo modo te invito a visitar el mío:
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